martes, 16 de marzo de 2010

Relajación y algunas técnicas para conseguirla.


RELAJACIÓN:
La relajación es un estado de conciencia, en muchas ocasiones se define como un estado del cuerpo en que lo músculos están en reposo, sin embargo en las personas deprimidas el reposo no suele ir acompañado de una experiencia consciente de felicidad. La relajación es mucho más, es un estado de conciencia que se busca voluntaria y libremente con el objetivo de percibir los niveles más altos que un ser humano puede alcanzar, de calma, paz, felicidad, alegría.

Cuesta percibir que a lo largo del día varía nuestro nivel de conciencia, aunque tenemos prueba de ello: un nivel es el del sueño, e incluso en el sueño hay diversos estados, otro es el de la mañana cuando recién me levanto, otro es cuando me encuentro lleno de energía y otro muy distinto cuando vuelvo a casa después de una larga jornada de trabajo. No trato igual a las personas cuando me encuentro lleno de vitalidad o agotado por el esfuerzo de un día lleno de responsabilidades.

Con estrés mi cuerpo se levanta cansado por las mañanas, con estrés mis emociones se disparan y en ocasiones puedo tratar de forma impropia a personas que aprecio. La relajación es el medio por el cual podemos llegar a experimentar la libertad de vivir en el estado de conciencia que deseamos.

La práctica diaria de la relajación nos aporta múltiples beneficios:



- Aumento del nivel de conciencia

- Mayor nivel de reposo. Descanso más profundo.

- Más salud.

- Más resistencia frente a las enfermedades.

- Equilibrio en la tensión arterial.

- Mejor oxigenación.

- Aumento del nivel de energía, vitalidad.

- Superior nivel de recuperación tras los esfuerzos.

- Predominio de los pensamientos positivos.

- Resistencia frente a hábitos erróneos: fumar, alcohol, comidas excesivas, etc.

- Disminución del estrés.

- Mayor capacidad de aprendizaje.

- Mejora de la capacidad de recordar datos.





Estas solo son algunas de las ventajas de la práctica de la relajación, vamos a incluir una serie de ejercicios para que elijas aquel o aquellos que se acomoden más a tu ser.

TÉCNICAS DE RELAJACIÓN:

La verdad es que “técnicas” de relajación, esto es, conjuntos de procedimientos
y recursos de los que se sirve este arte, y “métodos” o procedimientos ordenados y
sistemáticos para llevarlos a cabo, hay muchos (activos y pasivos, occidentales y
orientales, sencillos y complejos, corporales e introspectivos, técnicos y naturales...),
quizás tantos como personas que los practican. De hecho, si existen tantos, será porque
ninguno debe ser la panacea universal, digo yo. Lo curioso es que en relajación
frecuentemente coinciden efectos con causas, y esas manifestaciones somatopsíquicas
de las que hablábamos en el anterior apartado, suelen ser las piezas del piano que
tocamos para relajarnos, creándose un “círculo vicioso”, en realidad no vicioso sino
positivo, capaz de revertir el negativo de la ansiedad (2): la ansiedad psíquica produce
tensión muscular y ésta a su vez condiciona-refuerza la ansiedad psíquica, con lo que
finalmente “el pez se muerde la cola”.
Hay personas que se relajan fácilmente, otras “se resisten” tenazmente, así como
existe discrepancia entre los individuos en cuanto a los fenómenos vividos durante
dicho estado: todo ello depende de la personalidad (el sujeto histriónico tiende a tener
sensaciones “peculiares” o desproporcionadas), del nivel de información-educación (los
eruditos con frecuencia son bastante refractarios a relajarse), del medio (imaginemos
tratar de relajarnos en un hogar repleto de conflictos) y de la voluntad (es difícil que un
sujeto que obtiene placer con la agresividad-tensión, como un psicópata, se relaje).
Ambientalmente, la relajación se puede practicar de forma individual o
colectiva, auto o heteroinducida (en ambos segundos casos es más probable que se den
fenómenos sugestivos), en un habitáculo cerrado o al aire libre, en un sitio tranquilo o
en el trabajo... No hay normas fijas. Además, es verdad que la relajación suele exigir
cierta técnica (1,2), pero en sí, más que una técnica o un método es un estado, estado que
nos será más fácil de alcanzar con su práctica regular, de hecho los conductistas suelen
hablar de “entrenamiento en relajación” (“respuesta condicionada”) (2).
Sin embargo, existen algunas claves (1,2,5,7,11,12,15,16,17), que se sitúan a
diversos niveles de la estructura somática, psíquica, e incluso espiritual (10) de la
persona, con las que en la práctica trabajamos con más especificidad, frecuencia y/o
intensidad para relajarnos: citaremos dentro de ellas, y sin ánimo de ser exhaustivo, ya
que hay infinidad, (pienso que el mejor “manual” de relajación es un buen maestro, que
sepa adecuar el método al individuo), algunos ejemplos prácticos; trabajar más uno u
otro, así como su número y orden, dependerá de las características de la persona (en una
oligofrenia ligera nos centraríamos en el sistema locomotor), de la teoría que utilicemos
(hay quien opina que hay que comenzar a relajar lo más fácil, y quien lo más difícil), de
los medios (14) con los que contemos (hidroterapia, por ejemplo) y también de aquello
que se trate de conseguir con la relajación (en una crisis de angustia lo primero debería
ser regularizar el ritmo respiratorio hiperventilatorio), por cierto, parece ser la atenta
observación de la respiración (10) el más accesible, sencillo y muchas veces eficaz:
AMBIENTE:
- Reducción de la estimulación sensorial ambiental
- Ropa cómoda, suelta, fibras naturales
- Contacto con la Tierra
- Evitar el periodo pre y postprandial
- Evitar contaminación sonora y electromagnética
- Colores ambientales: verde, azul, evitar colores saturados
- Música ambiental tranquila (clásica, “New-Age”, hindú, canto gregoriano...)
- Hidroterapia (baño templado 15 minutos, con posterior reposo abrigado)
- Medio natural: temperatura suave, no peligros físicos próximos
POSTURA:
- Sentada: espalda recta, piernas cruzadas
- De pié: percepción del esquema corporal
- Tumbada: respiración natural completa
- Movimiento: danza, estereotipias, ejercicios
SISTEMA MUSCULO-ESQUELÉTICO:
- Reposo relativo (aunque también hay técnicas “activas”)
- Atención-Percepción en un miembro o grupo muscular y “aflojar-soltar”
- Contracción activa de un miembro o grupo muscular y “aflojar-soltar”
- “Fluir” con los movimientos corporales
- “Stretching”: distensión activa (estiramiento) de grupos musculares
- Masaje relajante
- Percepción del esquema corporal
- Focalizar relajación de:
Manos y piés
Frente, lengua, maxilares, facies
Cuello
Músculos abdominales
Ano, periné y área genital
SISTEMA CARDIOVASCULAR:
- Dejar al corazón latir espontánea y tranquilamente
- Imaginar cómo las arterias se relajan
RESPIRACIÓN:
- Espontánea (“algo respira en mí”)
- Rítmica (según Chuang Tzu, “Inhalar y exhalar ayuda a liberarse de lo rancio y a
introducir lo fresco”)
- Observación de la respiración, “seguirla”
- “Engancharnos” a la respiración
- Inspirar-espirar por la nariz
- Abdominal (diafragmática)
- Completa: abdominal-torácica-clavicular
PENSAMIENTO-LENGUAJE:
- No engancharse a (ni luchar contra) los pensamientos
- No engancharse a (ni luchar contra) las emociones
- Evitar monólogos interiores (el “mono parlanchín”), el “pensamiento discursivo”
- Repetición mental de una palabra agradable: “Paz”, Tranquilidad”...
- Recitación de un “Mantra” (palabra o grupo de resonancia especial repetitivos)
- Técnicas de visualización-imaginación de escenas agradables o neutras: paisajes,
colores, sonidos, tacto, sabores, olores
- Meditación sobre objetos: naturales, mandalas, pared
- “Biofeed-back”: autocomprobación de consecuencias fisiológicas de la relajación
PERSONALIDAD:
De todos, quizás sea el factor más difícil de modificar. No es, ni mucho menos,
obligatorio tener un tipo específico de personalidad para relajarse, cualquier persona se
puede relajar, pero una personalidad madura y abierta, con escasos conflictos en su
inconsciente lo tiene más fácil y además mejores suelen ser los frutos de la práctica de
la técnica, que, por otra parte, es compatible con otras formas de psicoterapia.
Asímismo, dicha práctica puede repercutir favorablemente en la maduración
personal (15,17), pero en el caso de la meditación, la práctica y la sensatez nos dicen que
en caso de manifiesta psicopatología previa, son más adecuados otros métodos
psicoterapeúticos (psicodinámicos, cognitivo-conductuales, humanístico-
existenciales...), dado que entrañaría riesgos de agravar el trastorno (por ejemplo,
precipitar una crisis de angustia en un trastorno neurótico o psicótica (4) en un
esquizoide). Por todo ello, si en relajación la figura del Maestro es importante, en
meditación es fundamental.
CONCIENCIA:
Puede parecer paradójico, pero con la conciencia prácticamente no hay que hacer
nada, si partimos de la base de que un estado concreto de conciencia está condicionado
por todos los factores anteriores -y también otros más-, cuando, operando sobre ellos, la
voluntad y el entrenamiento logra desenganchar nuestra atención del “ego” (juicios
morales, pensamientos, emociones, sensaciones ...), parece que, de forma automática,
espontánea y natural, la conciencia tiende a entrar en otro estado, “no ordinario”, que
suele caracterizarse por su focalización y expansión simultáneas. En definitiva, lo que
hemos hecho relajándonos, si el proceso ha sido el oportuno y adecuado, es, al menos
por un rato, parar el estrépito de nuestras vidas, “aflojar” (nuestros músculos y las
defensas del yo que funcionan habitualmente y que como la concha de una tortuga nos
defienden y nos asfixian a la vez), desapegarnos de nuestro yo habitual, abrirnos, “fluir”
y, quizás, encontrar -o al menos aproximarnos- a nuestro Yo.

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